ANITA, el detector de rayos
cósmicos, financiado por la NASA, halló lo que sería evidencia de universos
paralelos. Foto: NSF.
PUBLICADO:
Renzo Gonzáles C
19
May 2020
Un
detector en la Antártida halló extrañas partículas cuyo origen se explica
mediante la existencia de un universo ‘espejo’. Según los científicos, en esta
otra realidad, el tiempo va hacia atrás.
Durante
los últimos años, un proyecto financiado por la NASA estuvo operando
silenciosamente en la Antártida. Sin embargo, ahora tiene la atención de muchos
científicos debido a un hallazgo repetitivo que podría confirmar la existencia
de un universo paralelo.
Se
trata de la Antena Transitoria Impulsiva Antártica (ANITA, por sus siglas en inglés), un instrumento que es elevado por
un globo a 37.000
metros de altura para detectar los rayos cósmicos que
impactan en la superficie.
Estos
rayos cósmicos contienen neutrinos,
partículas infinitamente pequeñas que viajan casi a la velocidad de la luz.
Cuando un neutrino de alta energía se choca en el hielo antártico, genera ondas
de radio. ANITA detecta estas señales que emanan de la superficie y rastrea su
origen en el universo.
Un globo de helio eleva el instrumento a 37.000 metros de
altura. Foto: NASA.
En
2016, examinaron los datos tomados cuando el globo estaba en el aire. Había una
señal que parecía ser la huella de un neutrino de alta energía. Pero no
era lo que estaban buscando. De hecho, parecía algo imposible. Esta partícula,
en lugar de venir del espacio (desde arriba), salía del suelo, como si hubiera atravesado la Tierra desde
el otro lado.
Los
neutrinos normales de baja energía pueden hacer tal ‘maniobra’ debido a que
atraviesan la materia con facilidad. Pero los neutrinos de alta energía no
pueden atravesar algo tan sólido como el interior de nuestro planeta,
señala la revista especializada New Scientist.
Desde
ese momento, los científicos se abocaron a la búsqueda de una explicación.
Cuando se les acababan las ideas, en 2018, el instrumento de la NASA detectó otra
partícula que salía disparada de la superficie.
Representación de un neutrino. Imagen:
Difusión.
“No
tenemos explicaciones fáciles”, admitió Peter Gorham, físico experimental de
partículas en la Universidad de Hawai e investigador principal de ANITA.
Partículas desconocidas
Ante
el desconcierto de los investigadores y su falta de respuestas, el físico Luis
Anchordoqui, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (Estados Unidos), y
sus colegas encontraron que las señales coincidían con unas partículas
consideradas hasta ese momento solo teóricas: los neutrinos diestros.
Llamados
así por el sentido en que giran (los neutrinos conocidos giran a la izquierda),
los neutrinos diestros se pueden descomponer para atravesar la materia.
La
existencia de estas partículas solo es posible si, desde los primeros momentos
del universo, ha regido la simetría CTP,
aquel principio que dice que las leyes físicas siguen siendo las mismas bajo
ciertas transformaciones.
La materia y la antimateria no pueden coexistir, se destruyen. Imagen:
Difusión.
Una
consecuencia de esta simetría es que nuestro cosmos habría contenido cantidades
iguales de materia y antimateria,
las cuales tendrían que haberse aniquilado entre sí rápidamente. Por tanto,
nada de lo que conocemos —tampoco nosotros— existiría.
Entonces,
¿cómo sobrevivió el universo?
El universo paralelo
Neil
Turok, científico del Instituto Perimetral de Física Teórica en Waterloo
(Canadá), descubrió que, para conservar la simetría CTP, el Big Bang (la
gran explosión que originó todo) habría tenido que crear dos universos paralelos. De este modo, la mayor parte de la materia
habría sido canalizada en uno, el nuestro, y la mayor parte de la antimateria habría
terminado en el otro.
En
el otro universo, todo estaría a la inversa, y cualquiera de sus planetas o
estrellas estarían hechos de antimateria en lugar de materia. Aún más
sorprendente, este antiuniverso se
estaría contrayendo en el tiempo, dirigiéndose al origen, en lugar de
expandirse como nuestro universo.
Concepción de dos universos paralelos. Imagen:
Futurism.
Aunque
esta sería nuestra impresión. De acuerdo al principio de simetría CTP, para los
habitantes del antiuniverso, nosotros estamos a la inversa, regresando hacia el Big Bang y llenos
de antimateria. No podemos saber en qué universo estamos realmente, solo que el
otro está ‘al revés’.
Turok
sabe que gran parte de la comunidad científica se rehusará a aceptar esto, pero
es consciente de que ha encontrado una solución, respaldada por los resultados,
al misterio de la partícula detectada en
la Antártida. Por eso, confía en que su equipo logrará comprobar por
completo su teoría.
“Si
podemos, ya no habrá competencia: nuestra teoría será infinitamente mejor que
cualquier otra cosa”, aseguró a New Scientist.
¿La NASA confirma existencia del
universo paralelo?
Hasta
el momento, la NASA no se ha
pronunciado oficialmente sobre esta posibilidad, ya que no se han publicado
estudios concluyentes al respecto. Sin embargo, los científicos del proyecto
ANITA continúan revisando los nuevos datos obtenidos para despejar sus dudas
sobre estas partículas.
FUENTE:
https://larepublica.pe/ciencia/2020/05/19/nasa-confirma-universo-paralelo-cientificos-explican-evidencia-hallada-en-la-antartida/?fbclid=IwAR3IXGrW5D-ZxnG_BW97zlkmTGK-jRtWUDXmVvEqEFq4zhGc27q50HqKnfs
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