PUBLICADO 30 DICIEMBRE, 2015
Descubren en las montañas de Rusia un maletín extraño y dos misteriosos
cráneos. Según los periodistas del diario "Komsomolskaya Pravda"
y "Rossiyskaya Gazeta" el
maletín tiene escrito un extraño logotipo "Ahnenerbe" este maletín se
encontró recientemente en las montañas
de Adygea.
En las montañas de la región caucásica de
Adigueya se han hallado dos cráneos pertenecientes a una criatura desconocida
por la ciencia con el emblema de la Ahnenerbe, probablemente la sociedad más
secreta dentro de las SS, dedicada al estudio de las ciencias ocultas y las
fuerzas sobrenaturales.
Según los investigadores, lo más
probable es que los miembros de las SS estuvieran interesados en los enigmas de
los dólmenes antiguos y en las causas de la elevada radiactividad natural en la
región del cañón Kishinski. También es posible que buscasen el oro de la Rada
de Kubán, perdido en algún lugar de la región durante la guerra civil rusa
(1917-1923).
Vídeo de la TV rusa:
Los investigadores también han hallado un mapa alemán del territorio de Adigueya, realizado en 1941, y se han quedado sorprendidos por la precisión y lo completo que es. Estos objetos hallados han suscitado un gran interés entre los especialistas.
Los historiadores conocen
numerosos detalles de la operación Edelweiss de la Wehrmacht, en la que
plantaron estandartes nazis en el pico de Elbrús, la montaña más alta de
Europa, situada en la república de Kabardia-Balkaria, en el Cáucaso ruso. Sin
embargo, ¿cuál era el propósito de esta organización secreta en las montañas de
Adigueya?
En el complejo etnográfico de
Belovodie situado en la aldea de Kamennomostski, se guardan los enigmáticos
cráneos y el maletín secreto de los ocultistas de las SS.
“Un hombre mayor de la zona me
trajo una maleta grande de color marrón con un asa de cuero y el emblema de la
sociedad secreta Ahnenerbe en la tapa –explica el propietario de Belovodie,
Vladímir Melikov–. Es un auténtico ermitaño, vive en una cabaña en el bosque,
pero nadie sabe exactamente dónde. Entonces me pregunté si no habría encontrado
un escondite secreto en el bosque. Además, todos los objetos estaban en buen estado.
Por ejemplo, las cerillas todavía se pueden usar hoy. Encontrar un lugar así es
algo excepcional”.
Observamos la tapa de la maleta,
donde se ve claramente el emblema oficial de la Ahnenerbe, formado de runas.
PERO,
¿QUÉ ES LO QUE BUSCABAN EN ESTOS PARAJES?
Ahnenerbe, cuyo nombre completo es “Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana”. Esta organización existió en Alemania entre 1939 y 1945 y fue creada para estudiar las tradiciones, historia y patrimonio de la llamada “raza aria”.
Anillo encontrado junto al maletín que es posiblemente
de un soldado raso.
Investigaban todo lo misterioso y desconocido
que había en el mundo, realizaron expediciones al Tíbet, la Antártida y el
Cáucaso, y buscaron contactos con OVNIs para recibir el secreto del poder
absoluto. La Alemania de Hitler se dedicó activamente a desarrollar nuevos
tipos de armas capaces de cambiar el curso de la guerra. En la Ahnenerbe
trabajaban 350 especialistas: eran expertos con una educación brillante, una
magnífica carrera científica y varios grados académicos.
Pocos saben que, algunos años
antes de empezar la guerra, los especialistas en caminos de montaña de una
organización de construcción militar alemana ofrecieron su ayuda a la URSS para
construir la carretera entre Pitsunda y Ritsa (desde la costa del Mar Negro a
una reserva natural de montaña, actualmente en Abjasia), supuestamente por
motivos de cooperación internacional. Tras finalizar los trabajos, los
especialistas alemanes encontraron una muerte trágica, ya que su automóvil se
precipitó al vacío en una curva. Hasta el día de hoy, los turistas acuden al
lago Ritsa a través de los túneles construidos por los alemanes.
“AGUA VIVA” DE RITSA
Más tarde se supo que los motivos para
construir esta carretera estratégica eran otros. Resultó que los hidrólogos de
Ahnenerbe habían establecido que la composición del agua tomada de una fuente
situada en una cueva bajo el lago Ritsa era ideal para fabricar plasma
sanguíneo humano.
“El “agua viva” procedente de
Abjasia, en recipientes de plata, se transportaba primero hasta la costa, luego
mediante submarinos hasta la base de Constanza, y finalmente en avión hasta
Alemania”, explica Bormotov, docente de
la cátedra de economía y gestión de empresas de la Universidad Tecnológica
Estatal de Maikop. Hubo incluso planes de construir túneles para los submarinos
desde el mar hasta Ritsa, pero fueron interrumpidos por la guerra.
En lo que concierne a Adigueya, es
conocida la estancia en Maikop del 49º Cuerpo de Montaña de la Wehrmacht, que
realizó el ascenso al monte Elbrús. En el valle del río Bélaya, cerca del
pueblo cosaco de Dajóvskaya, se situó el regimiento de las SS Westland, y entre
los ríos Psheja y Pshish se instalaron los regimientos de tanques Germania y
Nordland.
En otoño de 1942, en el
aeropuerto de Maikop se instalo la 3ª escuadrilla del 14º grupo de
reconocimiento, que contaba con aviones bimotores de reconocimiento FW-189,
dotados del instrumental de inteligencia más sofisticado del momento y, en
esencia, consistían en laboratorios volantes.
“Eso era más que suficiente para
proteger las investigaciones secretas que, posiblemente, realizaba la Ahnenerbe
en las montañas de Adigueya”, opina Bormotov. “Maikop era la ciudad donde la
Wehrmacht tenía su cuartel general. Desde allí se ejerció el mando de toda la
campaña militar alemana en el Cáucaso. En otoño de 1942, en las montañas de
Adigueya no había una línea de defensa definida, y conocemos casos en los que
grupos aislados de soldados alemanes se internaron profundamente en las
montañas. No está claro por qué se desplegaron tropas en el monte Pshekish en
agosto de 1944, cuando la línea del frente ya se había movido muy lejos hacia
el oeste. ¿Qué es lo que los nazis no tuvieron tiempo de terminar en el monte
Pshekish? ¿No estará esto relacionado con las investigaciones de los
especialistas de la Ahnenerbe?”, se pregunta el experto.
Según continúa, es posible
suponer que los nazis estuvieran interesados en los dólmenes, al considerarlos
“construcciones de los atlantes prehistóricos” y “la entrada a mundos
paralelos”. Todavía hoy en día se sigue hablando de sucesos poco comunes en la
zona. Recientemente en la prensa local se habló del desenterramiento de
esqueletos de tres metros pertenecientes a una raza humana desconocida en el
cañón Borjomi de Georgia.
CRÁNEOS DE LOS DIOSES
Hace aproximadamente dos años, un
grupo de espeleólogos llevó al etnógrafo Vladímir Melikov dos extraños cráneos
con cuernos que, según afirmaban, habían sido encontrados en una cueva del
monte Bolshói Tjach. Parecían restos de animales fosilizados. Pero cuando
comenzó a examinar en detalle los hallazgos se le puso la piel de gallina.
“Observen el orificio redondo de
un dedo de grosor en la parte inferior de la cabeza”, dice Melikov, mostrando
uno de los cráneos. “Es la base de la columna vertebral. Y su posición indica
que esta criatura se movía sobre dos patas. Otro detalle extraño es la ausencia
de bóveda craneal y mandíbulas. En lugar de boca, hay varios orificios
distribuidos en forma de círculo. Las cuencas de los ojos son inusualmente
grandes, y de ellas se separan dos excrecencias en forma de cuernos. Sin
embargo, los huesos faciales son planos, como en los homínidos”.
Realmente los hallazgos tienen un
aspecto inusual. Incluso si se compara con el cráneo de oso que hay al lado. Es
muy tentador pensar que tienes en las manos los restos de algún extraterrestre.
Se enviaron fotografías de los
hallazgos a paleontólogos de la capital, pero estos no reaccionaron con mucho
entusiasmo. Tan solo reconocieron que nunca antes habían visto algo parecido, e
insinuaron con cautela: ¿quizás se trata de unos cráneos de oveja que
estuvieron mucho tiempo en un flujo de agua con arena y quedaron muy
deformados? Pero si se asume una deformación, ésta estuvo sincronizada, ya que
los elementos extraños son los mismos en ambos cráneos.
Los investigadores suponen que
este tipo de hallazgos también pudo caer en las manos de los “magos”
hitlerianos que andaban en busca de artefactos extraordinarios.
Por cierto, los mitólogos, tras
observar los hallazgos, lo tuvieron claro de inmediato. Se trata de los
Annunaki del antiguo Sumer: divinidades con cuernos cuyo nombre se interpreta
como “venidos de los cielos”. En la mitología sumeria, participaron en la
creación del mundo.
El escritor estadounidense de
origen azerí Zecharia Sitchin identifica a los Annunaki con los habitantes de
Nibiru, un hipotético planeta del Sistema Solar con una órbita excéntrica.
Debido a los movimientos astronómicos, este planeta aparece en nuestro rango de
visión una vez cada 3.600 años. Según Sitchin, en este período los habitantes
de Nibiru descienden a la Tierra y entran en contacto con sus aborígenes, es
decir, con nosotros.
“Podemos construir todo tipo de
versiones y conjeturas, pero los restos encontrados en las montañas de Aguideya
le obligan a uno a reflexionar”, dijo a modo de despedida el académico Iván
Bormotov.
Fuentes:
Rossiyskaya Gazeta
Komsomolskaya Pravda
rbth.com
Extranotix.