ARQUEOLOGÍA
PUBLICADO : Roberto Ochoa
Domingo, 8 de Octubre del 2017
Los
hallazgos en este antiquísimo templo limeño dan nuevas luces sobre las primeras
manifestaciones artísticas y prometen reescribir la historia prehispánica del
mundo andino.
El mural guarda una
estética Chavín que reafirma la antigüedad de Garagay.
Arqueólogo
Héctor Walde con otro mural colorido de un ser mitad felino, mitad caimán
En el corazón del populoso distrito limeño de San Martín de
Porres pasa desapercibido un enorme pampón vecino a la avenida
Universitaria y rodeado de urbanizaciones y asentamientos humanos.
No hay señales que indiquen el acceso y los escasos visitantes pueden
estacionar su vehículo en una casita de adobes para luego de una corta caminata
ascender a un montículo terroso desde donde se pueden contemplar la isla San
Lorenzo, la bahía del Callao, el Morro Solar de Chorrillos y las naves que
aterrizan en el cercano aeropuerto internacional Jorge Chávez.
Muy cerca a la cumbre los visitantes se sorprenden al
recorrer un atrio donde resaltan dos imágenes que semejan una cabeza-clava Chavín:
una conserva sus colores primigenios, la otra perdió toda coloración. Ambas
unidas por una dentadura de prominentes caninos. Sobre el friso, unas enormes
garras dejan entrever la posible existencia de una enorme estatua de algún ser
mitológico. A pocos metros, otro ser mitad felino-mitad caimán resalta entre
las cuadrículas colocadas por los arqueólogos.
Se trata de una de las primeras manifestaciones artísticas
que decoraron uno de los monumentos más antiguos del mundo andino.
"Por sus características de valor universal
excepcional, Garagay
se convertirá en un breve plazo en el sitio arqueológico más importante de
Lima, y pronto será uno de los lugares más relevantes del Perú. Y en un futuro
no muy lejano, será sinónimo de la alta cultura americana", sostiene el
arqueólogo Héctor Walde, director de los trabajos de investigación,
conservación y puesta en valor de Garagay.
"Muchos de los elementos que identificamos como propios
de otras culturas como Chavín de Huántar, tienen un claro origen en
sitios como Garagay. Mientras que otros elementos son exclusivos de Garagay, y
no se encuentran fuera de Lima. Caso igual sucede con Chavín, si bien tiene un
largo desarrollo individual, también tiene una clara influencia costeña",
añade.
Los sorprendentes hallazgos en Garagay se deben a la iniciativa de
la Municipalidad de Lima por recuperar un monumento emblemático de la capital peruana.
"En los últimos quinientos años, la ciudad se ha desarrollado dándole la
espalda, mutilando o desapareciendo estos sitios. La intervención de la Municipalidad de
Lima busca recuperar Garagay y su entorno degradado como un espacio
público de primer orden, revirtiendo gradualmente su deterioro y abandono, e
integrándolo a la ciudad", añade el arqueólogo.
INVASORES
DESTRUCTORES
No es la primera que Garagay hace noticia por sus
enigmáticos y coloridos murales. A mediados del siglo pasado, José Casafranca,
Manuel Ontaneda y Aquiles Ralli realizaron las primeras excavaciones en la
huaca e identificaron el enorme templo en U, un estilo de construcción
considerado como la manifestación monumental más antigua del mundo andino. Años
después sería Rogger Ravines quien resaltó el hallazgo de unos frisos
multicolores. De ellos resaltó uno en forma de medallón, con ojos y dientes
Chavín, que semejaba un sol emitiendo una lengua de fuego.
Desde entonces, Garagay se proyectaba como uno de los sitios
arqueológicos más importantes del Perú reconocido, incluso, por la Unesco.
Sin embargo, en 1961 el monumento sufrió su primera mutilación durante las
obras de la carretera que unía el centro de Lima con el aeropuerto y con la
Panamericana Norte. Luego fue utilizado como ladrillera y la empresa eléctrica
construyó una torre de alta tensión sobre la pirámide que en los años 80 fue
volada por Sendero Luminoso. Lo peor sucedió en la primera semana de agosto de
1985, días después de la juramentación de Alan García Pérez como presidente del
Perú, cuando cientos de invasores tomaron la huaca y destruyeron exprofesamente
los milenarios altorrelieves. Desde entonces, Garagay pudo recuperar algo de su
territorio pero perdió para siempre las primeras manifestaciones artísticas del
mundo andino.
"Si buscamos un antecedente del espacio monumental,
podemos mirar a Garagay y encontrar un manejo racional del binomio plaza y
arquitectura monumental. En pocos lugares se logra que la pirámide central se
jerarquice de esa manera sobre su entorno, magnificando su mensaje. Por eso,
sin temor a equivocarnos, podemos señalar que Garagay, es la mejor expresión
del arte y arquitectura prehispánica de Lima", sostiene Walde.
Hoy sabemos que los templos en U se caracterizan por una
pirámide central (escalonada) y dos proyecciones laterales que apuntan hacia el
noreste. Al centro de la pirámide tienen un ambiente hundido (atrio) finamente
decorado y con una escalera que lo vincula a un gran patio central donde se
habrían celebrado ceremonias o albergado mercados de intercambio.
El propio Ravines reconoció que "de todos los templos
en U los de Florida y Garagay son los que mejor información otorgan a los
científicos sobre aquel período arcaico que va del precerámico al Chavín".
Walde añade una interesante observación: "Siempre se ha
pensado que estos complejos están orientados a las nacientes de los ríos, y a
las montañas, dejando de lado la gran relevancia que ha tenido y tiene el mar
para las sociedades del litoral. Nosotros creemos que el eje ascendente de la
pirámide central marca su orientación hacia el mar. Espacio sagrado por
definición para las sociedades costeras".
ARTE
MILENARIO
Si bien el arte de las pinturas murales y frisos
policromados han sido hallados en otros monumentos contemporáneos, es en
Garagay donde se pueden determinar las primeras manifestaciones artísticas del
mundo andino.
Por su importancia ha sido convocado al equipo de Garagay el
destacado conservador Ricardo Morales, codirector del Proyecto Arqueológico Huaca de la Luna, en
Trujillo.
Las imágenes fueron diseñadas sobre un muro pulido. Se
utilizaron pequeños adobes esféricos y cantos rodados adheridos como si se
tratara de un "tarrajeado" de arcilla. Las imágenes se pintaron con
motas de algodón bañadas en pintura de origen mineral entre los que sobresalen
los colores negro, blanco, amarillo, azul grisáceo y rojo. El fondo se pintó
con tonos rosados. Lo más interesante es que estas imágenes fueron restauradas
varias veces y se usó un fijador extraído del cactus San Pedro.
Otro hallazgo sorprendente es el de una enorme piedra de
casi cuatro metros de alto que permaneció enterrada durante siglos.
Walde sospecha que se trataría de una huanca:
"Ascendiendo por la gran escalera, al lado izquierdo de la parte exterior
del atrio, se ha encontrado una gran piedra, a manera de huanca, jerarquizando
la entrada a este espacio. En teoría, las huancas, son seres míticos o
personajes sobresalientes en la historia de una sociedad, que deciden
petrificarse para acompañar a la comunidad de manera permanente. En este caso
la huanca debió estar anclada cerca al acceso al atrio, y probablemente
tengamos una versión similar al otro lado de la entrada. ¿Una pareja mítica?
¿Fundadores? Mucho hay por investigar".
Muchos de los elementos que identificamos como Chavín de
Huántar, tienen un claro origen en sitios como Garagay..."Por eso, sin
temor a equivocarnos, podemos señalar que Garagay es la mejor expresión de arte
y arquitectura prehispánica..."
FUENTE:
LOS SECRETOS
DE LA HUACA GARAGAY
[FOTOS]
PUBLICADO: 31 MAYO 2017.
El arqueólogo Hector Walde ha iniciado la puesta en el valor
de este complejo ubicado en San Martin de Porres. Ha descubierto dos frisos, un
tótem , escaleras y restos de cerámica.
“No se sabe qué tipo de arquitectura puede haber debajo de
ese manto de cantos rodados. Así como apareció el pozo circular, puede haber
otro tipo de estructura que esté cubierto. Y lo que nos parece una gran
explanada es en realidad un gran complejo que une todos los edificios”, dijo
Walde a La República.
FUENTE: