Un
nuevo estudio desafía la idea aceptada de que el
metal de la Luna fueron partes del manto y la corteza de la Tierra que
se lanzaron a la órbita
Publicado:
06 de julio del 2020
Vista 4K de la Luna por la ruta del Apolo 13. | Fuente: Europa Press
2020 | Fotógrafo:
La
vida en la Tierra no sería posible sin la Luna; mantiene estable el eje de rotación del planeta, que controla las estaciones y regula nuestro clima. Sin embargo, ha habido un debate
considerable sobre cómo se formó. La hipótesis popular sostiene que la Luna se formó por la colisión de un cuerpo del
tamaño de Marte con la corteza superior de la Tierra, que es pobre en metales.
Pero
una nueva investigación sugiere que el
subsuelo de la Luna es más rico en metales de lo que se pensaba anteriormente,
proporcionando nuevas ideas que podrían desafiar la comprensión que tienen los
científicos de ese proceso.
Un
estudio publicado en Earth and Planetary
Science Letters arroja nueva luz sobre la composición del polvo que se encuentra en el fondo de
los cráteres de la Luna.
Dirigidos
por Essam Heggy, científico investigador de ingeniería eléctrica e informática
en la Escuela de Ingeniería Viterbi de la USC, y co-investigador del
instrumento Mini-RF a bordo del
orbitador LRO de la NASA, los miembros del equipo del
instrumento Mini-RF de la misión LRO utilizaron un radar para obtener imágenes
y caracterizar este fino polvo.
Los
investigadores concluyeron que el subsuelo
de la Luna puede ser más rico en metales (es decir, óxidos de Hierro y Titanio)
de lo que los científicos creían.
Según
los investigadores, el polvo fino en el fondo de los cráteres de la Luna es en realidad materiales expulsados forzados
desde debajo de la superficie de la
Luna durante los impactos de meteoritos. Al comparar el contenido de metal
en el fondo de los cráteres más grandes y más profundos con el de los más
pequeños y menos profundos, el equipo encontró mayores concentraciones de metal
en los cráteres más profundos.
Pero,
¿qué relación hay entre ver un cambio en la presencia de metal registrado en el
subsuelo con la comprensión que se tiene de la Luna? La hipótesis tradicional es que hace aproximadamente 4.500 millones de
años hubo una colisión entre la Tierra y un proto-planeta del tamaño de Marte
(llamado Theia). La mayoría de
los científicos creen que esa colisión disparó una gran parte de la corteza
superior pobre en metales de la Tierra en órbita, formando finalmente la Luna.
Un
aspecto desconcertante de esta teoría de la formación de la Luna ha sido que
ella tiene una mayor concentración de óxidos de hierro que la Tierra, un hecho
bien conocido por los científicos. Esta investigación en particular contribuye
al campo de estudio en el sentido de que proporciona
información sobre una sección de la luna que no se ha estudiado con frecuencia
y postula que puede existir una concentración aún mayor de metal más profundo
debajo de la superficie.
Es
posible, según los investigadores, que la discrepancia entre la cantidad de
hierro en la corteza terrestre y la Luna podría ser aún mayor de lo que
pensaban los científicos, lo que cuestiona la comprensión actual de cómo se
formó la Luna.
El
hecho de que la Luna pueda ser más rica en metales que la Tierra desafía la noción de que fueron partes del
manto y la corteza de la Tierra las que se lanzaron a la órbita. Una mayor
concentración de depósitos metálicos puede significar que se deben explorar
otras hipótesis sobre la formación de la Luna.
Así,
es posible que la colisión con Theia
haya sido más devastadora para la Tierra primitiva, con secciones mucho más
profundas lanzadas a la órbita, o que la colisión podría haber ocurrido cuando
la Tierra aún era joven y estaba cubierta por un océano de magma.
Alternativamente, más metal podría insinuar un enfriamiento complicado de una
superficie lunar fundida temprana, como sugieren varios científicos.
"Al mejorar nuestra comprensión de
cuánto metal tiene realmente el subsuelo de la Luna, los científicos pueden
limitar las ambigüedades sobre cómo se ha formado, cómo está evolucionando y
cómo está contribuyendo a mantener la habitabilidad en la Tierra", afirma Heggy.
Y
añade: "Nuestro Sistema Solar tiene
solo más de 200 lunas; comprender el papel crucial que desempeñan estas lunas
en la formación y evolución de los planetas que orbitan puede darnos
información más profunda sobre cómo y dónde podrían formarse las condiciones de
vida fuera de la Tierra y lo que podría parecer".
Por
su parte, Wes Patterson, del Grupo de Exploración Planetaria (SRE), Sector de
Exploración Espacial (SES) en el Laboratorio de Física Aplicada de la
Universidad Johns Hopkins, investigador principal del proyecto para Mini-RF y
coautor del estudio, asegura que la misión LRO y su generador de imágenes de
radar Mini-RF continúan
"sorprendiendo" a los científicos con nuevos conocimientos sobre los
orígenes y la complejidad del "vecino más cercano" de la Tierra.
Tras
este estudio, el equipo planea continuar realizando observaciones de radar
adicionales de más pisos de cráter con el experimento Mini-RF para verificar
los hallazgos iniciales de la investigación publicada.
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