Con restos orgánicos
Un árbol cae en el Amazonas y deja al descubierto siete
esferas que no deberían estar ahí
Publicado por R. Badillo
22/06/2025
En el interior de las esferas se encontraron restos humanos y
animales. Los científicos se mostraron sorprendidos de que se hubiesen
mantenido en tan buen estado a pesar del tiempo
Los investigadores necesitaron ayuda
local para extraer las esferas (Geérgea Layla Holanda)
Un inesperado hallazgo arqueológico en una remota zona del Amazonas brasileño ha revelado una serie de esferas prehispánicas tras la caída de un árbol. Bajo sus raíces aparecieron siete urnas cerámicas, dos de ellas de gran tamaño, que contenían restos humanos y animales. El descubrimiento tuvo lugar en el municipio de Fonte Boa, dentro del sitio arqueológico conocido como Lago do Cochila.
La zona, caracterizada por ser una várzea (planicie aluvial sujeta a
inundaciones estacionales), alberga una red de islas artificiales construidas
hace siglos o incluso milenios. Estas estructuras fueron levantadas
mediante el uso de tierra y fragmentos de cerámica para crear plataformas
habitables en épocas de crecida del río, lo que revela un conocimiento muy
profundo para la época.
El gigantesco árbol bajo el que
aparecieron las esferas (Geórgea Layla Holanda)
Las urnas fueron localizadas a 40 centímetros de profundidad,
probablemente bajo lo que hace siglos eran viviendas. Los recipientes no
contaban con tapas cerámicas visibles, lo que sugiere que fueron selladas
con materiales orgánicos ya descompuestos. En
su interior se encontraron fragmentos óseos humanos, así como restos de peces y
quelonios, lo que indica prácticas funerarias vinculadas a elementos rituales o
alimentarios.
Según la arqueóloga Geórgea Layla Holanda, algunas
piezas fueron elaboradas con una arcilla verdosa poco común, detectada
anteriormente en escasos yacimientos del Alto Solimões. Esta singularidad abre
la posibilidad de que se trate de una tradición cerámica avanzada a su
tiempo y no relacionada directamente con estilos reconocidos como la
Tradición Polícroma Amazónica.
El Amazonas ancestral, bajo investigación
El hallazgo fue posible gracias a la cooperación entre
arqueólogos y habitantes locales. La comunidad de São Lázaro do
Arumandubinha participó activamente en el proceso de excavación, incluso
construyendo una estructura elevada de madera y lianas para acceder a las
urnas. La intervención se realizó a 3,20 metros de altura, una técnica inédita
en este tipo de investigaciones.
Geórgea Layla Holanda, con una de las
sietes esferas descubiertas (Geórgea Layla Holanda)
El transporte hasta el laboratorio del Instituto
Mamirauá, ubicado en Tefé, requirió largas jornadas de
navegación en canoa y un cuidadoso embalaje artesanal. Se utilizaron capas de
plástico, vendas de yeso, burbujas protectoras y soportes de madera, garantizando
la integridad de los objetos durante el trayecto, que puede durar
entre 10 y 12 horas dependiendo del caudal del río.
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