Publicado por Xanadu, 18 Sep, 2020
Civilizaciones
Antiguas
Al ser Roșia Montană una región minera
de Rumanía, a lo largo de los años se han desenterrado varios descubrimientos,
siendo el más interesante el de un esqueleto de
Hace
unos 5.500 años, los Agathyrsi construyeron una galería subterránea en esta
región. En febrero del 2012, un grupo de geólogos estaba excavando en busca de
una veta de oro en esta misma zona.
Continuaron
cavando hasta que acabaron topándose con el suelo de esta galería. Para su gran
sorpresa, encontraron una piedra sepulcral que definitivamente se salía de lo
común.
Los
geólogos tomaron una muestra de esta piedra, y los resultados de laboratorio
revelaron que sus componentes incluían un 55% de polvo de oro de 24 quilates,
un 15% de polvo de granito y un 30% de wolframio.
Además
los análisis revelaron que esta roca compuesta había sido fabricada mediante
algún tipo de tecnología desconocida a día de hoy.
La Galería Hiperbórea
Conocida
por el nombre de “Galería Hiperbórea” o “Galería
No
obstante, en nombre de la “seguridad”, estos descubrimientos antropológicos y
arqueológicos fueron considerados demasiado poco comunes y chocantes para la
época, de modo que la galería fue sellada permanentemente.
La
piedra del sepulcro no fue el único elemento poco común hallado en el interior
de esta galería.
Sobre
ella, los arqueólogos encontraron el esqueleto de un gigante de unos
Careciendo
del equipo adecuado necesario para analizar un descubrimiento como éste, el
esqueleto fue enviado a Moscú. Por desgracia, nada se ha sabido de los huesos
de este gigante desde entonces.
En
cuanto a la piedra de la sepultura, se decidió analizarla mediante una nueva
serie de investigaciones en el año 2012. La reliquia fue desenterrada de nuevo
y las mediciones demostraron que medía seis metros de ancho, doce metros de largo
y tres metros de alto.
Pesaba
casi 1.700 toneladas y contenía en su interior unas 900 toneladas de oro puro.
Para hacernos una idea, dicha cantidad de oro habría requerido más de veinte
años de trabajo de minería o bateo.
Lo
último que se supo de esta enorme piedra fue que había sido cortada en 80
pedazos más pequeños a fin de posibilitar su transporte. En cuanto a su
destino, se desconoce a dónde fueron a parar.
Uno
de los arqueólogos que trabajó en la Galería 13 tomó una serie de fotos de la
piedra del sepulcro y se las envió a un paleolingüista. Éste observó una
inscripción en bajorrelieve de color verde esmeralda que cubría toda la
superficie de la enorme losa.
El
texto había sido escrito en tres líneas paralelas que empezaban en su esquina
superior izquierda. Desde ahí, la inscripción descendía en diagonal, de forma
similar a una serpiente, y describía una espiral en torno a la cabeza de un
lobo.
Finalmente,
el texto acababa en la esquina inferior derecha. El paleolingüista especulaba
con la posibilidad de que esta escritura desconocida pudiera ser Pelasgo, y
opinaba asimismo que el descubrimiento, con sus grabados e inscripciones,
poseía claramente un gran valor histórico y cultural.
Aún
así, la piedra fue cortada en pedazos y fundida. El estado obtuvo un porcentaje
de estas 19 piezas, el 31% como estaba estipulado en el contrato de explotación
de oro de la zona.
En
el transcurso de las excavaciones, el izado de la piedra del sepulcro también
reveló la entrada a un subterráneo. La fosa, de cuatro metros de diámetro,
presentaba una escalera descendente en espiral, y de su interior llegaba una
luz lechosa de color violeta.
Una
inspección más cuidadosa de los escalones permitió apreciar claramente que
parecía como si hubieran sido cortados en las propias paredes de la fosa con un
láser. En cuanto a la luz violeta, nadie supo determinar su origen.
Sintiendo
curiosidad por descubrir el origen de esta luz y ver lo que había en el
interior del subterráneo, el paleolingüista bajó por las escaleras, pero nadie
fue lo suficientemente valiente como para unirse a él. La noche pasó y el
hombre jamás regresó.
Finalmente,
el ejército selló con cemento la entrada al subterráneo, junto con la Galería
13 en su totalidad.
Los
presentes jamás volvieron a hablar acerca de estos descubrimientos, ya que se
les obligó a firmar acuerdos de confidencialidad, por lo que lo que pueda haber
en el subterráneo al que llevaban las escaleras continúa siendo un misterio a
día de hoy.
Gigantes descubiertos en Rumanía
En Giurgiu se han realizado también diversos hallazgos arqueológicos. Por ejemplo, se descubrió que la antigua ciudad de Argedava fue la primera capital del rey Burebista antes de que este soberano unificara a las tribus dacias de la zona.
Pero
se llevó a cabo un descubrimiento aún más interesante en esta región en los
años 40. En esta década, los arqueólogos desenterraron hasta 80 esqueletos
humanoides que parecían ser de gigantes.
Estos
enormes esqueletos medían entre cuatro y cinco metros de altura.
Se
han desenterrado otros hallazgos similares en Polovragi, en Cetateni bajo el
Monasterio de Negru Voda y en los Montes Bucegi, en los que los obreros
quedaron sorprendidos al descubrir la existencia de una antigua red de túneles
en el subsuelo.
Por
citar solo algunos, se han encontrado gigantes en: Scaieni (condado de Buzau),
Mariuta (condado de Calarasi), los montes Perșani, Polovragi, Piatra Craiului,
Tara Hategului, Cetateni bajo el Monasterio de Negru Voda, y en muchos otros
lugares.
En
Maramures se cree que la Fortaleza de Oncesti (“Cetatea de la Oncesti”)
albergaba gigantes. En Argedava se encontraron 80 tumbas con restos de gigantes
de una altura superior a los cinco metros (
A
pesar de que la mayor parte de ellos se “perdieron” repentinamente poco después
de haber sido descubiertos, se han continuado desenterrando durante años
misteriosos esqueletos de gigantes en Rumanía.
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