Wow! es la señal más potente e insólita de cuantas hemos
detectado. Por eso ha estado abierta a mil y un debates sobre su origen
Publicado:
21 Agosto 2024 Actualizado 21 Agosto 2024, 14:33
Una de las historias más singulares y sin explicación aparente que se ha dado en el espacio exterior comenzó un 15 de agosto de 1977, cuando el radiotelescopio Big Ear de Ohio registró la señal de radio más potente y extraña descubierta en el programa SETI. Durante décadas, la señal ha permanecido sin explicación, tan solo había hipótesis sobre la mesa. Ahora, casi 50 años después, los astrónomos parecen tener una respuesta.
Wow!. Es el nombre que le dio el astrónomo Jerry Ehman a la señal cuando la
descubrió en 1977. Su nombre responde literalmente a la expresión que utilizó
al detectarla. Ahora, un estudio que se acaba de
subir a arXiv y que está siendo revisado parece estar muy cerca de
arrojar luz. Lamentablemente para muchos, no tiene que ver con una señal
extraterrestre.
Según la investigación, aquella ráfaga alucinante se debe al
“trabajo” de una nube de hidrógeno y una estrella de neutrones: el núcleo denso
de una estrella masiva después de que una supernova expulsara sus “vísceras” al
espacio.
El problema de Wow!. Una de las cosas que hace que la señal sea tan intrigante es
que, a pesar del enorme crecimiento y potencia de los radiotelescopios, jamás
hemos visto nada parecido. Sí, se han dado múltiples observaciones que se
parecen a la señal original, excepto que son alrededor de 60 a 100 veces más
débiles.
La pista de otras detecciones. Tal y como cuenta el equipo
dirigido por el astrobiólogo Abel Méndez, de la Universidad de Puerto Rico en
Arecibo, los hallazgos hasta ahora se basan en detecciones recién descubiertas
de señales similares, “nuestras últimas observaciones, realizadas entre febrero
y mayo de 2020, han revelado señales de banda estrecha similares cerca de la
línea de hidrógeno, aunque menos intensas que la señal Wow!”, cuenta Méndez.
Como recuerdan, con una duración de tan solo 72 segundos en
total, la mítica señal fue un destello extremadamente potente de ondas de radio
cerca de la línea de hidrógeno de 1420 MHz, la longitud de onda que emite el
hidrógeno cuando cambia su orientación de giro.
La señal “extraterrestre”. De hecho, y dada la presencia ubicua del hidrógeno en
todo el Universo, algunos investigadores han especulado con que la luz en esta
frecuencia podría servir como un punto de referencia fácilmente reconocible en
el espectro electromagnético, uno que posibles extraterrestres tecnológicamente
avanzados podrían optar por utilizar para señalar su presencia.
Descartando opciones. Con el tiempo, se han ido enterrando ideas e hipótesis. Por ejemplo, se sabe que la señal Wow! no se movió, por lo que es poco probable que fuera un satélite cercano, y tampoco se repitió de la forma en que podríamos esperar de una transmisión deliberada, lo que descarta la repetición de observaciones con tecnología mejorada.
En cualquier caso, muchos objetos naturales emiten ondas de
radio con una longitud de onda de 1420 Mhz, por lo que, aunque todavía no
podíamos descartar de forma concluyente la existencia de extraterrestres, no
parecía lo más probable.
La navaja de ockham. Todo ello nos lleva al último trabajo, que no ha hecho otra
cosa que seguir la línea de la lógica, es decir, que se debe a algún tipo de
fenómeno natural. En concreto, buscaron breves emisiones de ondas de radio de
banda estrecha de frecuencia similar a la señal Wow! en datos archivados del
proyecto de Emisiones de Radio de Estrellas Enanas Rojas (REDS) del
Observatorio de Arecibo, ahora retirado.
Así fue como encontraron cuatro registros que merecían una
mayor investigación, todos detectados en las proximidades de una pequeña enana
roja llamada Estrella de Teegarden, a tan solo 12,5 años luz de distancia.
Aunque más débiles que la señal Wow!, eran lo suficientemente similares como
para proporcionar pistas sobre el origen de la famosa señal.
Hidrógeno frío. Según el análisis del equipo, las señales cercanas a la
Estrella de Teegarden están asociadas a nubes interestelares de hidrógeno frío.
Esto apunta a un posible mecanismo para la mítica señal: una potente llamarada
de radiación que viaja a través de una nube de hidrógeno frío, estimulando el
gas para producir un potente pulso de radiación cercano a los 1420 MHz.
De esta forma, el producto final sería algo así como un láser de microondas astrofísico natural, llamado máser, que emitiría una intensa concentración de luz de banda estrecha en la línea de hidrógeno que se parecería a la señal de los años 70 desde lejos. Dicho esto, el estudio recuerda que como enana roja, es poco probable que la estrella de Teegarden sea capaz de producir una llamarada lo suficientemente potente como para dar lugar a un destello de emisión tan fuerte como Wow!, pero otros objetos cósmicos podrían sí estar a la altura.
Estrellas de neutrones. La actividad de las estrellas de neutrones, de las
cuales los magnetares son un subtipo, se consideró como una explicación de la
señal desde el principio. Sin embargo, la estrechez de las frecuencias no
encajaba, y no se encontró ningún objeto adecuado en búsquedas posteriores del
área del cielo donde se detectó la señal.
Con todo, una estrella de neutrones que ilumina brevemente
una nube de hidrógeno, cuyas emisiones estarían en la banda estrecha detectada
por Big Ear, hace que la posibilidad sea mucho más plausible. Otro tipo de
magnetar, la gamma suave, también podría ser responsable. En este caso se trata
de un tipo de estrella que escupe periódicamente radiación gamma o X. “Nuestras
señales de nubes de hidrógeno frío se conocen desde hace décadas, pero nadie
había hecho la conexión entre estas y la señal Wow! antes”, señala Mendez.
Conclusión. El estudio publicado no solo parece arrojar luz sobre la
explicación de la señal, dada la rareza del evento que la habría desatado,
también razona por qué solo la hemos visto una sola vez. "Nuestra
hipótesis explica todas las características observadas de la señal Wow!,
introduce otra fuente de falsos positivos en las búsquedas de tecnofirmas y
sugiere que esta señal representó la primera llamarada máser astronómica
registrada en la línea del hidrógeno", zanjan los investigadores.
Imagen | Dominio Público, Méndez et al/Arecibo telescope
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