martes, 20 de abril de 2021

SEGÚN CUENTAN LAS LEYENDAS, MISTERIOSAS MUJERES CONSTRUYERON LOS MEGALITOS DE PORTUGAL

 

PUBLICADO: 4 JUNIO, 2015 - MARK MILLER




Los europeos prehistóricos transmitieron leyendas sobre poderosas y misteriosas mujeres constructoras de los megalitos europeos, más conocidos como dólmenes y cromlechs. Según relataban, estas mujeres podían conceder riqueza, fertilidad en los campos y fantásticos regalos como la agricultura y la elaboración de la cerveza a quienes ellas quisieran, a cambio de solo un poco de leche. Sin embargo, por otro lado también fueron descritas como enojadas serpientes, protegidas por toros, capaces de maldecir a la gente y de acumular hasta el oro del mismo sol. Las imaginaban como hermosas serpientes de hendida pezuña o como mujeres-toro, que guardaban los dólmenes y podían hablar con los muertos, hacer girar los rayos del sol e, incluso, crear el mundo.

En su tesis doctoral de 2014, Henna Lindström de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, escribió sobre los cuentos tradicionales y las leyendas de antaño que giran en torno a los poderes sobrenaturales de las constructoras y guardianas de los dólmenes portugueses. La Señora Lindström estaba fascinada ante la gran cantidad de historias existentes, por todas partes de Europa, acerca de las Mouras Encantadas, nombre con que se conocía a estas misteriosas mujeres en Portugal.

 

La Iglesia destruyó muchos dólmenes, pero declaró a otros lugares sagrados, como éste en Pavia, Portugal. Nótese al fondo 'el café Dolmen'. (Fotografía por cortesía de Henna Lindström)

La datación por carbono 14 demuestra que los europeos comenzaron a construir tumbas megalíticas entre el año 4800 a. C. y el 3800 a. C., época correspondiente a los comienzos de la Nueva Edad de Piedra o Neolítico. Al principio los megalitos era menhires, simples piedras verticales, aisladas; pero luego comenzaron a crear cromlechs o círculos de piedra. Los habitantes de Portugal fueron de los primeros en construir megalitos, allá por el 4800 aC. Sólo en Iberia hay más de 60 megalitos conocidos.

Distribución de menhires y cromlechs del Neolítico en Europa. (Mapa por Cromwell)

En cuanto a las mujeres que los construyeron, “El Folklore deja bien claro que estas mujeres estaban cerca de ser omnipotentes: poseen vida eterna, juventud, belleza, riquezas, sabiduría y habilidades y conocimientos, que transmitieron a la humanidad. La mayor parte de estas habilidades conecta a las mouras … con la revolución Neolítica—las mouras enseñan a los humanos a hilar, tejer, a elaborar queso y cerveza, y a arar y además les entregan la oveja, el cerdo y la vaca como regalos", explica Lindström.

Lindström asegura que la lingüística une a las portuguesas mouras con muchas otras diosas europeas, incluidas las griegas Moirae, o Destinos, que guardaban los destinos de todos en sus mentes y ante quienes tuvo que responder hasta el mismísimo Zeus. Los Destinos, como las Mouras Encantadas, hilaban el destino de la humanidad sobre sus telares y luego lo cortaban al llegar la muerte.

"La lingüística aporta también pistas sobre las tareas de estas diosas moura-mari-marion conectándolas con los temas de la muerte y los espíritus, mientras que el folklore las conecta con la vida, la fertilidad, la salud y la antigua sabiduría", escribe Lindström.

 Los Tres Destinos pintados por Francisco de Goya (Wikimedia Commons)

Las leyendas varían con el paso del tiempo. Relatos más recientes nos hablan de las mouras como mujeres moras víctimas de un encantamiento eterno, obra de sus padres, para que guarden tesoros ocultándolos bajo tierra o en los dólmenes. Pueden haberse transformado en serpientes y estar custodiadas por furiosos toros.

Otras historias cuentan que viven en palacios de oro y plata, esperando el día en que las liberen. Día que llegará cuando un hombre bese a la moura estando ésta bajo la forma de una gran serpiente. En otras versiones el hombre debe aceptar ser devorado para, luego, ser defecado nuevamente como humano.

"Estos intentos nunca llegan a cuajar y las mouras permanecen tristes y hechizadas, llorando tanto que de su llanto han nacido ciertos ríos y lagos", continúa Lindström.

Leyendas más antiguas, sin embargo, no mencionan una conexión morisca ni hablan de que fueran hechizadas, sino simplemente que vivían en el mundo subterráneo de las cuevas o dólmenes sin querer nada de los humanos excepto la leche, a la que se entregaban con pasión. Podían poseer tesoros y existir bajo la forma de cabras, toros o serpientes, transformándose a voluntad. También podían probar la moral de las personas y si éstas les parecían dignas, podían entregarles una recompensa. Pero las Mouras también eran rigurosas con la gente cruel. "El romper una promesa hecha a una Moura podía llevar a la muerte", apunta Lindström.

Casa da Moura (‘Casa de la Mora’), un dolmen en Portugal (Wikimedia Commons)

En otras leyendas, que Lindström recopiló procedentes de fuentes portuguesas pertenecientes al tardío siglo XIX, la gente buscaba Mouras al mediodía, a medianoche o en pleno verano para que les ayudasen a sanar enfermedades, combatir la infertilidad o cambiar su suerte en el amor. Las mouras podían requerir una prueba moral antes de dar esa ayuda. En estas historias las Mouras vivían rodeadas de conejos, pollos y cochinillos, que podían entregar a la gente como regalos.

Existe otra categoría de historias en las que las Mouras constituyen la señal de que la muerte está próxima o donde se aparecen a mujeres que sufren un parto complicado para decidir el resultado final del nacimiento: si la madre y el bebé sobrevivirán o no. Además, las Mouras vivían en el mundo antes de la creación de la humanidad. Cuando surgieron los humanos estos las tomaron como unas “heroínas culturales”, puesto que enseñaron a la gente la agricultura, la ganadería, la navegación marina y la forja del hierro.


Tumbas excavadas en la roca en Fornos de Algodres, Portugal, se dice que son el lugar donde las Mouras amasaban el pan (Wikimedia Commons)

Un ejemplo de constructora de dólmenes e hilandera de destinos de las Islas británicas, fue Cailleach Bheara. Lindström escribe de ella: 

"Como moura fue, simultáneamente, joven y vieja. A menudo cambiaba su aspecto al de una vaca o un toro. Como Ishtar de Babilonia y la germánica Holda, recuperaba su juventud bañándose cada centésimo año en cierto lago. Cailleach tenía muchos amantes y en algunas historias hijos astados. Dominaba los fenómenos meteorológicos: causaba nevadas sacudiendo su edredón  y provocaba tormentas y relámpagos haciendo uso de su martillo. Además de estos fenómenos, Cailleach dominaba también las estaciones. El invierno comenzaba y el paisaje se tornaba blanco cuando ella lavaba su capucha gris en el remolino de cierto fiordo y conseguía que comenzara la primavera lanzando su martillo bajo cierto arbusto de acebo. Cailleach era más vieja que cualquier otro ser vivo: ella había creado el paisaje en el que vivió y podía recordar el tiempo en que todo era diferente. Ella también había construido los dólmenes y muchos de ellos fueron conocidos tras ella. También se viajaba al Inframundo y hablaba con los muertos."


Las tumbas megalíticas de Loughcrew, en el Condado de Meath están situadas en lo alto de Slieve na Calliagh (que significa " la montaña de la bruja ", refiriéndose a Cailleach) e incluyen una gran piedra conocida como " la silla de la bruja ". El “Cairn T” de Slieve na Calliagh es una clásica tumba pasadizo, en la cual los rayos del sol al amanecer en los equinoccios caen sobre el pasadizo e iluminan la cámara interior, llena de dibujos e inscripciones megalíticas grabadas en la piedra. (Wikimedia Commons)

Lindström también escribió sobre otra clase de leyendas, en la que las mouras o la Moura "llegaron a este lugar al principio del tiempo y le dieron forma: crearon sus colinas y valle y ríos, dolmenes y menhires y pinturas rojas sobre las rocas, y dieron a luz a niños, que posiblemente se convirtieran en los antepasados de la comunidad que transmitió esta leyenda. ¿Qué había antes de esto? ¿Una deidad femenina que era también el paisaje en sí mismo, de quien nacían los seres vivos y a quien ellos volvían por el inexorable ciclo de la vida? Posiblemente."

 

A menudo las tumbas megalíticas están decoradas con pinturas y placas. Estas dos placas antropomórficas de piedra se hallan en la actualidad en museos portugueses. (Fotografía de Henna Lindström)

Escribiendo sobre los dólmenes, Lindström añade: 

"El arte y los símbolos de los dólmenes portugueses, así como su orientación hacia el sol naciente equinoccial o la luna llena, pueden ser vistos como indicadores de su fe en el renacimiento. Este arte en sí mismo puede ser visto como creado para guiar a la gente -viva, muerta y nonata- en su viaje entre los mundos de la vida y la muerte. Las tumbas megalíticas eran lugares de enterramiento y lugares para entierros rituales, pero es muy plausible que esa no fuera su única función y que ni siquiera fuese su función principal. Es probable que fueran como las actuales iglesias cristianas: centros espirituales alrededor de los cuales la comunidad se reunía y celebraba fechas y acontecimientos  importantes, negociaba y se ponía de acuerdo sobre asuntos concernientes a toda la comunidad, reforzándola."

Además, añadió que los obispos cristianos a medida que fue pasando el tiempo fueron prohibiendo las celebraciones anuales alrededor de los dólmenes. La Iglesia también destruyó algunos dólmenes y declaró otros como espacios sagrados cristianos. Sin embargo, la leyenda de las Mouras sigue presente, venciendo al paso del tiempo.

Fotografía de Portada: Cromlech de Almendres, Guadalupe, Evora, Portugal. (Wikimedia Commons)

Autor: Mark MIller

Traducción: Mariló T. A.

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

FUENTE:

https://www.ancient-origins.es/noticias-general-mitos-leyendas-europa/seg%C3%BAn-cuentan-las-leyendas-misteriosas-mujeres-construyeron-los-megalitos-portugal-002612

sábado, 17 de abril de 2021

HISTORIA SECRETA: LOS GIGANTES Y LA GALERÍA HIPERBÓREA SUBTERRÁNEA DE RUMANÍA

PUBLICADO

29 ENERO, 2016 - ANCIENT-ORIGINS




Al ser Roșia Montană una región minera, a lo largo de los años se han desenterrado en ella varios interesantes descubrimientos: siendo el más interesante de todos ellos el de un esqueleto de 10 metros (32,8 pies) de estatura hallado en el año 1976.


Hace unos 5.500 años, los Agathyrsi construyeron una galería subterránea en esta región. En febrero del 2012, un grupo de geólogos estaba excavando en busca de una veta de oro en esta misma zona. Continuaron cavando hasta que acabaron topándose con el suelo de esta galería. Para su gran sorpresa, encontraron una piedra sepulcral que definitivamente se salía de lo común. Los geólogos tomaron una muestra de esta piedra, y los resultados de laboratorio revelaron que sus componentes incluían un 55% de polvo de oro de 24 quilates, un 15% de polvo de granito y un 30% de wolframio. Además los análisis revelaron que esta roca compuesta había sido fabricada mediante algún tipo de tecnología desconocida a día de hoy.


La Galería Hiperbórea

Conocida por el nombre de “Galería Hiperbórea” o “Galería 13”, el lugar en el que se realizó este asombroso descubrimiento se encuentra bajo la pequeña población de Cornea. En 1976 se llevaron a cabo también otros descubrimientos diversos en el lugar. No obstante, en nombre de la “seguridad”, estos descubrimientos antropológicos y arqueológicos fueron considerados demasiado poco comunes y chocantes para la época, de modo que la galería fue sellada permanentemente.


La piedra del sepulcro no fue el único elemento poco común hallado en el interior de esta galería. Sobre ella, los arqueólogos encontraron el esqueleto de un gigante de unos 10 metros (32,8 pies) de estatura. Al parecer, el gigante había sido enterrado allí tras su muerte, con sus piernas recogidas a un lado. Careciendo del equipo adecuado necesario para analizar un descubrimiento como éste, el esqueleto fue enviado a Moscú. Por desgracia, nada se ha sabido de los huesos de este gigante desde entonces. 


Descubrimiento del esqueleto que medía 10 metros (32,8 pies) de estatura. (Oculto Revalado A Verdade)

En cuanto a la piedra de la sepultura, se decidió analizarla mediante una nueva serie de investigaciones en el año 2012. La reliquia fue desenterrada de nuevo y las mediciones demostraron que medía seis metros  (19,7 pies) de ancho, doce metros (39,4 pies) de largo y tres metros (9,8 pies) de alto. Pesaba casi 1.700 toneladas y contenía en su interior unas 900 toneladas de oro puro. Para hacernos una idea, dicha cantidad de oro habría requerido más de veinte años de trabajo de minería o bateo. Lo último que se supo de esta enorme piedra fue que había sido cortada en 80 pedazos más pequeños a fin de posibilitar su transporte. En cuanto a su destino, se desconoce a dónde fueron a parar.


Uno de los arqueólogos que trabajó en la Galería 13 tomó una serie de fotos de la piedra del sepulcro y se las envió a un paleolingüista. Éste observó una inscripción en bajorrelieve de color verde esmeralda que cubría toda la superficie de la enorme losa. El texto había sido escrito en tres líneas paralelas que empezaban en su esquina superior izquierda. Desde ahí, la inscripción descendía en diagonal, de forma similar a una serpiente, y describía una espiral en torno a la cabeza de un lobo. Finalmente, el texto acababa en la esquina inferior derecha. El paleolingüista especulaba con la posibilidad de que esta escritura desconocida pudiera ser Pelasgo, y opinaba asimismo que el descubrimiento, con sus grabados e inscripciones, poseía claramente un gran valor histórico y cultural. Aún así, la piedra fue cortada en pedazos y fundida. El estado obtuvo un porcentaje de estas 19 piezas, el 31% como estaba estipulado en el contrato de explotación de oro de la zona.


En el transcurso de las excavaciones, el izado de la piedra del sepulcro también reveló la entrada a un subterráneo. La fosa, de cuatro metros (13,1 pies) de diámetro, presentaba una escalera descendente en espiral, y de su interior llegaba una luz lechosa de color violeta. Una inspección más cuidadosa de los escalones permitió apreciar claramente que parecía como si hubieran sido cortados en las propias paredes de la fosa con un láser. En cuanto a la luz violeta, nadie supo determinar su origen.

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Sintiendo curiosidad por descubrir el origen de esta luz y ver lo que había en el interior del subterráneo, el paleolingüista bajó por las escaleras, pero nadie fue lo suficientemente valiente como para unirse a él. La noche pasó y el hombre jamás regresó.


Finalmente, el ejército selló con cemento la entrada al subterráneo, junto con la Galería 13 en su totalidad. Los presentes jamás volvieron a hablar acerca de estos descubrimientos, ya que se les obligó a firmar acuerdos de confidencialidad, por lo que lo que pueda haber en el subterráneo al que llevaban las escaleras continúa siendo un misterio a día de hoy.


Leyendas rumanas de gigantes


Dependiendo de la región de Rumanía de la que proceda la leyenda, se llama de diferentes formas a los gigantes. En los alrededores de Boziorul, por ejemplo, los gigantes son conocidos como “tártaros” (“tartari”). Se han hallado varios esqueletos de estatura anormalmente alta en Scaieni, junto a los montes Buzaului. En cierta ocasión, cuando unos campesinos intentaban plantar manzanos en una colina, descubrieron por casualidad esqueletos humanoides de más de 2,40 metros (8,2 pies) de altura, junto con algunos fragmentos de cerámica.


Vista de los Montes Buzaului. (Public Domain)

 

Conocedores de las leyendas de la zona, las gentes de la región pensaron inmediatamente en los tártaros. Una de estas leyendas llega incluso a afirmar que la formación montañosa conocida como los “Pilares de Tainita” (“Stalpii Tainitei”) había sido construida realmente por estos gigantes de tiempos remotos. En el pasado, también se creía que los gigantes habían construido dos grandes salas subterráneas en algún lugar bajo las montañas.


La extraña formación que puede verse en los Pilares de Tainita recuerda a un conjunto de sillas de piedra. Al encontrarse a una elevad altitud y en una zona de muy difícil acceso, las gentes del lugar creyeron que fueron los tártaros quienes construyeron estas sillas para poder tomar asiento cuando se reunieran para celebrar un consejo.


Representación artística de un gigante rumano. (The Incredibly Long Journey)


Otra leyenda del País de Hațeg (“Tara Hategului”), cuenta la historia de dos gigantas que construyeron sendas ciudades: una en Deva y la otra en el pico de la Montaña Cortada (“Muntele Retezat”), respectivamente. Estaban acabando de construirlas, cuando la giganta de Deva contempló la ciudad de su rival, y al ver que le había quedado más hermosa, sintió envidia. En un arrebato de ira, arrojó un arado en dirección a la ciudadela de la montaña, destruyéndo la ciudad y cortando la cima de la montaña a un tiempo. De este modo, la montaña se ganó su nombre, siendo conocida desde entonces como la Montaña Cortada.


Los Montes Retezat, vistos desde la cima de uno de ellos (Vârfu Mare, "El Pico Alto"). (Public Domain)


En regiones como Teleorman, Giurgiu y sur de Muntenia, los gigantes son conocidos como “jidovi”. Una leyenda local narra la historia de un héroe de nombre Novac que luchó con un jidov. Una vez derrotado, el gigante escapó para salvar su vida, pero en su huida dejó una marca en el suelo. El lugar fue conocido desde entonces como “Brazda lui Novac”. En la región hay también otras formaciones llamadas “maguri” por las gentes del lugar, y que se cree igualmente que fueron construidas por gigantes.

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Gigantes descubiertos en Rumanía


En Giurgiu se han realizado también diversos hallazgos arqueológicos. Por ejemplo, se descubrió que la antigua ciudad de Argedava fue la primera capital del rey Burebista antes de que este soberano unificara a las tribus dacias de la zona. Pero se llevó a cabo un descubrimiento aún más interesante en esta región en los años 40. En esta década, los arqueólogos desenterraron hasta 80 esqueletos humanoides que parecían ser de gigantes. Estos enormes esqueletos medían entre cuatro y cinco metros (13-16 pies) de altura.

Se han hallado más esqueletos de gigantes en otros lugares del país. Por ejemplo, en octubre del 1989 se encontraron 20 esqueletos gigantes en Pantelimon – Lebada.


Escultura de la pierna de un gigante tallada en una pared rocosa de Corbii din Piatra, Rumanía. (Nicubunu/CC BY SA 3.0)


Se han desenterrado otros hallazgos similares en Polovragi, en Cetateni bajo el Monasterio de Negru Voda y en los Montes Bucegi, en los que los obreros quedaron sorprendidos al descubrir la existencia de una antigua red de túneles en el subsuelo.


Los túneles ocultos en las entrañas de los Montes Bucegi (bibliotecapleyades.net)


Así pues, se han descubierto esqueletos de gigantes en numerosos puntos de Rumanía. Por citar solo algunos, se han encontrado gigantes en: Scaieni (condado de Buzau), Mariuta (condado de Calarasi), los montes Perșani, Polovragi, Piatra Craiului, Tara Hategului, Cetateni bajo el Monasterio de Negru Voda, y en muchos otros lugares.


En Maramures se cree que la Fortaleza de Oncesti (“Cetatea de la Oncesti”) albergaba gigantes. En Argedava se encontraron 80 tumbas con restos de gigantes de una altura superior a los cinco metros (16 pies).


A pesar de que la mayor parte de ellos se “perdieron” repentinamente poco después de haber sido descubiertos, se han continuado desenterrando durante años misteriosos esqueletos de gigantes en Rumanía.


Imagen de portada: Esqueleto de un gigante hallado en Rumanía.

(turnulluibabel.wordpress.com)

Autor: Valda Roric

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

 

FUENTE:

https://www.ancient-origins.es/noticias-general-mitos-leyendas-europa/historia-secreta-los-gigantes-la-galer%C3%AD-hiperb%C3%B3rea-subterr%C3%A1nea-ruman%C3%AD-003233?fbclid=IwAR08KKWLehjsyuMw0KC7yKrq6wjoKPoosnhzOtZmAyrkejCSNw0joY4aMdU






jueves, 15 de abril de 2021

Gigantes del Loa: enigmáticos geoglifos y huellas gigantescas en el norte de Chile

PUBLICADO EL 23 MAYO, 2016 - ancient-origins



Alberto Nadgar Rojas, investigador, artista visual y fotógrafo, defiende la existencia en el norte de su Chile natal de una ancestral civilización de gigantes como hipótesis para explicar los que, según él, serían los mayores geoglifos del mundo. Unos geoglifos que, tal y como ha explicado a Ancient Origins, son atípicos porque contienen muchos diseños y formas predominantemente geométricos, si los comparamos con los clásicos geoglifos antropomorfos de la cultura inca.


Para el investigador, estos geoglifos, descubiertos por él mismo hace cuatro años, constituyen las pruebas de la existencia de una civilización muy anterior a los incas, puesto que en su opinión aportan evidencias de un tipo de escritura en uno de ellos: el mayor de todos, que mide 480 metrosUn tipo de escritura que, según su hipótesis, apunta a que sumerios o egipcios, podrían haber visitado el norte de Chile hace miles de años.


A la izquierda, imagen vía satélite del supuesto geoglifo gigante, de 480 metros de longitud, descubierto por el investigador chileno. A la derecha, representación gráfica del mismo. Fotografías: Alberto Nadgar R. 


Asimismo, ve muy posible que toda la zona haya sido un gran escenario multi-cultural ancestral e, incluso, que estuviese relacionada con la astronomía, o tal vez con la agricultura, puesto que también asegura haber descubierto grandes acueductos de 3 y 4 vías y surcos de varios kilómetros, además de senderos, ideogramas y simbología muy diversa durante sus más de cuatro años de investigación.


Según ha indicado Nadgar a Ancient Origins actualmente sus estudios están a la espera de poder utilizar un dron en el área descubierta para captar con él, desde el aire, imágenes de gran resolución, además de poder trasladarse al lugar junto con un intérprete epigrafista especializado en escritura antigua. Para el apasionado investigador, estas olvidadas y ancestrales culturas «usaron el terreno como si fuera un cuaderno de caligrafía con espacio equidistante para inscribir su simbología o escritura, en algunos casos muy similar a la sumeria o hebrea».


A continuación, traemos hasta estas líneas su propia versión de los hechos, el relato de su trabajo y sus conclusiones, escritos por él mismo en primera persona. 


Posible huella de 60 cm de largo descubierta en la provincia chilena de El Loa comparada con un pie normal de 24 cm. Fotografía: Alberto Nadgar Rojas

Hace mucho tiempo, alrededor de 3.000 a 5.000 años a. C., existió una raza de gigantes en el oasis de la actual ciudad de Calama que medían entre 3 y 5 metros de altura, de los que se cree que cultivaban la tierra en un entorno natural y húmedo e intercambiaban sus cultivos, transmitiendo su cultura a otros pueblos de Sudamérica y a otras culturas transoceánicas.

Calama proviene de la palabra Kara-Aama que significa «terreno bañado de aguas». Son muchas las preguntas acerca de este pueblo, original quizás de los continentes asiático, europeo o africano. Existen evidencias fotográficas que así lo sugieren, y en mis cuatro años de investigación he recopilado varias que lo demuestran. Claro está que, como toda prueba que se precie de serlo, ésta debiera ser certificada por un organismo competente. 



Dos de las fotografías (vía satélite y a ras del suelo) en las que se pueden observar grandes geoglifos que representan figuras y posibles letras o ideogramas. Fotografías: Alberto Nadgar Rojas

Huellas de seres gigantescos

El sector comprende 6 x 2 kilómetros, y encierra algunos de los enigmas más importantes de estas latitudes: además de los geoglifos de estos seres gigantescos que habitaban en el Loa hace ya miles de años, he obtenido fotografías donde se evidencian huellas cada 1.5 metros.

Huellas de pies gigantes, de al menos 60 cm de largo. Tanto es así que hice un estudio para determinar la proporción de las huellas, comparadas con las de un humano normal, y los resultados concluyeron que quien dejó tales pisadas debería haber medido, por lo menos, 3.70 metros de estatura.



El fotógrafo e investigador chileno ha obtenido imágenes en las que se evidencian huellas cada 1,5 metros. Huellas de pies gigantes de al menos 60 cm de largo. Fotografías: A. Nadgar Rojas

¿Geoglifos gigante con embarcaciones?

En la siguiente secuencia de imágenes también se puede observar cómo podrían haber llegado hasta estas latitudes, tal vez provenientes del Perú, puesto que asimismo existen registros que sugieren que también estuvieron en esa región.

Se trata de una secuencia formada por un geoglifo que mide unos 200 metros de longitud al que yo he denominado «La Llegada» y en el que pueden apreciarse diversas embarcaciones −y posibles provisiones− junto a los navegantes.

Geoglifo de 200 metros de longitud denominado por el autor «La Llegada», en el que pueden observarse diversas embarcaciones con sus tripulantes, animales y víveres. Crédito: Alberto Nadgar Rojas

Mallku, un gigantesco y misterioso geoglifo

Pero este tipo de descubrimientos no solo destacan por sus grandes dimensiones, sino también por evidencias de escritura en uno de los geoglifos más significativos, que por ahora llamaré el Rey Mallku −o quizás la Reina Mallku− y que forma parte de una figura más compleja que podría representar a un querubín.

Este geoglifo, que es el mayor que he encontrado, a mi modo de ver representa la figura estilizada de un rey o reina (dios o diosa) de esta cultura. Aparece portando una corona en su cabeza, y sobre su superficie hay escrita una palabra que he tratado de descifrar. Dicha escritura se asemeja en mucho al antiguo hebreo arcaico, y cada una de las letras tiene un tamaño similar al de un automóvil. Según mis interpretaciones, podría tratarse de la palabra «DIOS».

En el siguiente mosaico de imágenes, al aplicar un filtro para detectar líneas y contornos, se puede apreciar de mejor forma.


Detalles del posible texto que aparece escrito sobre la corona del «Rey Mallku». Fotografías: Alberto Nadgar Rojas

Por otro lado también se evidencia escritura muy parecida a la cuneiforme, creada por la cultura sumeria. Si todo esto se llegara a comprobar científicamente, sería un acierto a nivel mundial y se tendría que reescribir la historia de las civilizaciones que poblaron el planeta.

Según plantea el investigador y fotógrafo chileno, el geoglifo gigante constaría de textos con un tipo de escritura similar a la cuneiforme. Fotografías:  Alberto Nadgar Rojas

Por ahora dejo planteada la teoría de que hayan podido alcanzar regiones tan apartadas del planeta. Después, con el transcurrir del tiempo, intercambiaron su valor patrimonial con otras culturas y pueblos de la región, puesto que también existen evidencias de estos intercambios… «Y mucho después surgieron los Incas».

Imagen de portada: Imagen vía satélite del geoglifo gigante al que Alberto Nadgar Rojas ha bautizado como “Rey Mallku” junto a la representación gráfica del mismo. (Fotografía cortesía de Alberto Nadgar Rojas)

Autor: Alberto Nadgar

FUENTE:

https://www.ancient-origins.es/noticias-general-lugares-antiguos-americas/gigantes-loa-enigm%C3%A1ticos-geoglifos-huellas-gigantescas-el-norte-chile-003471