viernes, 26 de agosto de 2016

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Se muestran casos de ovnis en México emitido en TV en el 2014. El caso del Piloto Carlos Antonio de los Santos Montiel, es una de las historias más documentadas sobre este caso. Los hechos se registraron en el 3 de mayo de 1975, cuando el piloto volaba un Piper PA-24 matrícula XB-XAU sobre una aerovía que conecta el VOR de Tequesquitengo, hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Caso del "Capitán Carlos Antonio de los Santos Montiel" ocurrido el 3 de mayo de 1975 en México, pruebas en grabación y detecciones realizadas por el radar.



OVNI  de 4 metros con cabina que se presenta durante vuelo, se presentan grabaciones a la torre de control.   

Publicado: 2 de enero 2014.

FUENTE:
https://www.youtube.com/watch?v=PLtTAIoY4sg

 

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Así, esos casos reducen enormemente la casuística, pero siempre hay vivencias que se logran rescatar. Uno de esos es el del mexicano Carlos Antonio de los Santos Montiel, quien voló a la par de tres OVNI, lo que se pudo verificar gracias a los radares de la base de una estación aeroespacial con la que se comunicaba el por entonces joven aviador y del piloto de otra aeronave que alcanzó a acercarse a una escena propia de un filme futurista.

Carlos Antonio de los Santos Montiel, actualmente.

El sábado 3 de mayo de 1975, en horas de la mañana, el piloto De los Santos, de 23 años, decidió viajar rumbo al Distrito Federal mexicano en su avioneta Piper PA-24 Comanche, cuya matrícula era XB-XAU, por lo que partió de la turística ciudad de Zihuatanejo, sobre la costa del Pacífico, al noroeste de Acapulco. El clima no lo acompañaba, dado que se encontraba nuboso y con poca visibilidad, pero el entusiasta joven decidió volar igual, dado que tenía permiso para hacerlo.

Una vez que despegó, buscó rápidamente ascender hasta una altura de unos 4.500 metros para poder mejorar la visibilidad, porque la nubosidad no lo acompañaba, pero, al no encontrar limpio el cielo, se posicionó por encima de los 4.800 metros, sobre el cúmulo tormentoso. En esa ubicación el cielo ya estaba azul y tranquilo. Así continuó su vuelo plácidamente hasta aproximadamente las 12 del mediodía, momento en que encararía el tramo final para aterrizar en la capital mexicana.

Mientras sobrevolaba el territorio observó que cerca de su posición se encontraba el lago de Tequesquitengo, pero al buscarlo con más detenimiento no lo pudo ubicar. Sorprendido, decidió recalibrar su instrumental y seguir vuelo. Considérese que, pese a su juventud, ya había adquirido experiencia en vuelos con esos aeroplanos.

Avistamiento y susto

Segundos más tarde de haber ejecutado ese ajuste en el instrumental, miró de reojo a su derecha, porque había una sombra que le llamaba la atención y pudo observar un cuerpo negro. Le llamó mucho la atención, por lo que movió su cabeza cerrando los ojos, pensando que era una alucinación, pero al mirar nuevamente allí estaba el imponente objeto con forma de dos platos unidos y con una cúpula que parecía una coraza.

Carlos Antonio describió a la nave como alucinante, con una superficie metálica, color mate, sin brillos, de un material oscuro. En su posterior relato, el aviador mencionó que el objeto se puso muy cerca de su posición. "Estaba totalmente pegado a mi avioneta, a tan apenas 20 centímetros del ala derecha", comentó.

Si su sorpresa ya era enorme, en menos de cinco segundos pudo ver una segunda nave que se encontraba sobre su ala izquierda, prácticamente en la misma posición que la otra. Ya por entonces, Carlos se preocupó y se puso muy nervioso, sin poder dar siquiera un aviso correcto y claro a la base de aviación, dado que no paraba de tartamudear.

Aún su odisea no había terminado, ya que al seguir mirando a su alrededor y tratando de tomar alguna acción para intentar escapar de esa incómoda posición, se dio cuenta de que una tercera nave de similar forma se había posicionado por debajo de la cabina, justo a unos pocos centímetros. En aquel momento, ese joven comprendió que estaba rodeado de OVNI en medio de la nada, en su avioneta, y sin reacción para efectuar una comunicación.

De los Santos, junto a gente de la aeroestación donde logró aterrizar, luego de haber sido controlado por tres OVNI.

Mientras Carlos Antonio trataba de mantener en lo posible cierta calma, pudo observar que, sin haber tocado ningún comando de la avioneta, su velocidad había descendido desde 140 millas náuticas hasta las 120. Lo primero que se le ocurrió, en un momento de la desesperación, fue hacer girar su pequeña aeronave hacia la izquierda, pero sin suerte alguna. Fue cuando comprendió que los controles estaban bloqueados y no podía moverlos.

Búsqueda silenciosa

Acto seguido, el OVNI que volaba debajo suyo golpeó levemente el piso externo de la avioneta y entonces el piloto entró en pánico. Reaccionó y quiso comunicarse con el centro de control, pero no tuvo éxito. Para sumar dramatismo, se le ocurrió sacar las ruedas del tren de aterrizaje para intentar separar la nave de al menos uno de los extraños aparatos voladores, pero nada cambió, porque ningún comando funcionaba.

De los Santos trató de hacerse una composición de lugar, miró su posición y observó que no había alteración, pero de alguna manera su altitud estaba siendo modificada, por lo que comprendió que era "remolcado" hacia arriba. Sí, estaba ganando altura sin realizar ningún movimiento. El joven piloto analizó que este movimiento lo llevaría a un nuevo problema, dado que, si subía demasiado, podría llegar a sufrir una despresurización de la cabina y morir en el acto. Luego comentó en diversas radios mexicanas que entonces comenzó a llorar y a temblar, temiendo lo peor.

Aún en situación de pánico, otra vez intentó comunicarse con el Centro de Control de Tráfico Aéreo para contarles lo que estaba sucediendo, pero sin recibir respuesta alguna. Ese silencio lo hizo imaginar algo mucho más tenebroso. Se encontraba volando solo, en compañía de tres naves desconocidas que lo estaban elevando a un lugar desconocido.


Notas sobre el caso: https://www.fern-flower.org/es/facts/fact-1601813055


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